A estas alturas son obvias las consecuencias negativas de la pandemia por COVID-19, tanto a nivel de salud física y mental, como a nivel socioeconómico.
En este post me quiero centrar en los síntomas del COVID-19 persistente, cómo podemos mejorar nuestra alimentación para evitar infectarnos y qué medidas debemos tomar en caso de que presentemos síntomas persistentes.
Qué es el COVID-19 persistente
El CatSalut, en su “Guia clínica per a l’atenció de les persones amb símptomes persistents de COVID-19” (“Guía Clínica para la atención de las personas con síntomas persistentes de COVID-19”), lo define como la persistencia de los síntomas a partir de la tercera semana después de haber sido diagnosticado de COVID-19, ya sea de modo persistente u oscilante.
El NICE (National Institute for Health and Care Excellence, de Reino Unido) se refiere a COVID-19 persistente cuando los síntomas duran más de 12 semanas y no se pueden explicar mediante un diagnóstico alternativo.
Los síntomas más frecuentes de COVID-19 persistente son:
- Disnea (falta de aire)
- Tos
- Cansancio
- Dolor torácico
- Palpitaciones
- Fiebre o febrícula
- Dolores musculares y/o articulares
- Síntomas digestivos
- Cefalea (dolor de cabeza)
- Síntomas cognitivos como “niebla mental” y/o disminución de la memoria y la concentración
- Parestesias (sensación de hormigueo)
- Ortostatismo (disminución de la presión arterial cuando pasamos de estar sentados a estar de pie)
- Anosmia (falta de olfato)
- Ageusia (falta de gusto)
- Dermatitis
- Conjuntivitis
Estos síntomas pueden presentarse en pacientes que han precisado un ingreso hospitalario por presentar un caso severo de COVID, pero también en pacientes con un cuadro más leve. En el primer caso, la afectación de órganos diana como el corazón y el pulmón, o el desgaste muscular secundario a estancias hospitalarias largas, justifican los síntomas persistentes. En el segundo caso, las causas de la persistencia de los síntomas no están claras todavía.
Nutrición y COVID-19
Debido a que esta infección es relativamente nueva, todavía no hay estudios suficientes en relación a los efectos de la nutrición sobre el COVID-19, pero a continuación os presento las ideas principales extraídas de algunos de los estudios que se han llevado a cabo.
- Todos los grupos poblacionales se pueden infectar, pero la población anciana, y aquellos con obesidad y diabetes mellitus, tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad.
- El consumo de una “dieta occidental” (rica en azúcares, carbohidratos refinados y grasas saturadas, y baja en fibra, grasas insaturadas y antioxidantes), contribuye a una prevalencia mayor de diabetes mellitus y obesidad.
- La dieta occidental favorece una inflamación crónica y debilita el sistema inmune.
- La inflamación periférica causada por el COVID-19 puede favorecer la aparición de patologías neurodegenerativas y demencia, posiblemente ayudada por mecanismos inflamatorios provocados por una dieta poco saludable.
- Se recomienda reducir los alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas e incrementar el consumo de fibra, productos integrales, grasas insaturadas y alimentos antioxidantes como las frutas y las verduras para mejorar las defensas. La Dieta Mediterránea cumple con todos estos requisitos.
- Las personas que sufren deficiencia de vitaminas y minerales, se benefician aún más de incrementar el consumo de estos micronutrientes para mejorar su inmunidad.
- También se recomienda una mayor ingesta de probióticos, omega-3 provenientes de pescado, proteínas de pollo y pescado y aceite de oliva para mejorar las defensas.
- La dieta Mediterránea es antiinflamatoria, pudiendo ayudar a la recuperación de los pacientes con COVID-19.
- El ejercicio físico moderado mejora el sistema inmunológico y reduce la susceptibilidad a las infecciones, especialmente las infecciones respiratorias, incluido el COVID-19. Gran parte de la población puede practicar ejercicio de intensidad moderada, incluyendo aquellos con diabetes y enfermedades cardiovasculares.
- En personas que presentan síntomas de COVID-19 persistente, es importante mantener unos niveles de glucosa en sangre estables, para disponer de energía durante todo el día y reducir la fatiga. Cómo conseguirlo:
- Consume una buena fuente de proteína en cada comida, como carne magra, pescado azul, frutos secos, semillas, legumbres. Incluso si comes una pieza de fruta entre horas, acompáñala de algún fruto seco para absorber de forma más lenta los hidratos de la fruta.
- Elige alimentos con un Índice Glicémico bajo, porque sus hidratos se digieren más lentamente y evitan picos de azúcar en sangre. Ejemplos: legumbres, cereales y granos integrales (pasta integral, pan integral), frutas y verduras.
- Evita productos azucarados y procesados.Los alimentos ricos en vitaminas del grupo B y los ricos en magnesio, ayudan a la producción de energía, por lo que son muy recomendables en pacientes con síntomas persistentes. Ejemplos: verduras de hoja verde, legumbres, frutos secos y semillas, granos integrales, huevos y carne magra.
- Existe cierta evidencia sobre el posible papel de la vitamina D en la reducción del riesgo y la gravedad de la infección por COVID-19, puesto que unos niveles adecuados de Vitamina D promueven un sistema inmune óptimo.
Otros consejos para algunos síntomas de COVID-19 persistente
- Para combatir la fatiga: Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días.
- Para mejorar el dolor de cabeza: Bebe suficiente agua y otros líquidos como tés, infusiones y caldos puesto que incluso una leve deshidratación puede provocar cefalea.
- En caso de padecer “niebla mental”:
- Come al menos dos porciones de pescado azul por semana, que aporta omega 3, tan importantes para la salud cerebral. Algunos alimentos como la margarina, el pan y la leche están fortificados con omega 3, aunque estos generalmente se agregan en forma de omega 3 ALA de cadena corta. A pesar de que esto ayuda a aumentar la ingesta de omega 3 para los que no comen mucho pescado, solo una pequeña cantidad se convierte en omega 3 de cadena larga (EPA y DHA) que son los que ofrecen los beneficios para la salud. Así que la mejor fuente de omega-3, es el pescado azul.
- Consume gran variedad de frutas y verduras, fuente de vitaminas del grupo B y magnesio, necesarios para una función cerebral óptima.
- Duerme lo suficiente, para que lo aprendido durante el día se fije durante las horas de sueño.
- Practica ejercicio regularmente para estimular la circulación cerebral y ayudar a que los recuerdos se mantengan.
- Si presentas dolor muscular, es importante que te mantengas en movimiento incluso cuando estés fatigado. El descanso activo, como caminar despacio o practicar natación suave, también puede ayudar a la recuperación. Los ejercicios que se enfocan en la respiración o la meditación, como el yoga y el Pilates, te pueden ayudar a sentir más energía. Varía el tipo de actividad para que los mismos grupos musculares no trabajen más de tres veces por semana.
Conclusiones
- La obesidad y la diabetes son factores de riesgo de contraer la infección. Mantener una dieta saludable y practicar ejercicio de forma regular nos ayudan a prevenir dichos factores de riesgo.
- No existe una dieta específica para mejorar el sistema inmunológico contra el COVID-19 o para mejorar los síntomas persistentes, pero cuanta más variada sea la alimentación, mejor será la protección contra todas las infecciones virales.
- Mantener unos niveles estables de glucosa en sangre, practicar ejercicio, mantener un sueño de calidad y mantenerse hidratado, son aspectos que pueden mejorar los síntomas persistentes.
- Tomar suplementos de Vitamina D, en caso de que los niveles sean insuficientes, puede ser una estrategia para reducir el riesgo y la gravedad del COVID-19.
Bibliografía
- The impact of nutrition on COVID-19 susceptibility and long-term consequences. Michael J. Butlera , Ruth M. Barrientosa
- Dietary Habits before and during the COVID-19 Epidemic in Selected European Countries. Skotnicka, M; Karwowska, K; Klobukowski, F; Wasilewska, E; Malgorzewicz, S
- Antiviral Functional Foods and Exercise Lifestyle. Prevention of Coronavirus. Alkhati, A.
- NICE (2020) “NICE guideline [NG187] – COVID-19 rapid guideline: vitamin D” [Accedido en Agosto 2021 via: https://www.nice.org.uk/guidance/ng187]